El “esfuerzo” se define como la acción de emplear gran fuerza física y/o moral con algún fin determinado, cuando hablamos de la cultura del esfuerzo haciendo referencia a nuestros/as niños y niñas queremos crear una visión global del esfuerzo más allá del contexto académico.
La vida es un recorrido en el que nos encontraremos con situaciones más o menos difíciles, tendremos retos que superar, querremos alcanzar metas personales y profesionales y para todo ello, el esfuerzo será la principal herramienta con la que contar como aliada.
Así que aprovechamos este post para dejaros algunas recomendaciones de cómo ayudar a nuestros/as hijos/as a interiorizar esta cultura del esfuerzo:
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Dar importancia al esfuerzo realizado y no tanto al resultado: para ello es importante aprovechar los primeros años dónde aún no tienen calificaciones numéricas en sus actividades diarias para ir preparándolos. Que tomen consciencia de que lo más importante es el camino que recorremos y cómo lo hacemos, ya que el final no tiene sentido sin este camino. Se recomienda aquí valorar su actitud, el hábito que se está creando, el interés y la atención en lo que hacen. Cuando van creciendo y empiezan a obtener sus calificaciones, sigue siendo importante analizar el camino hasta llegar a esa calificación, cuánto me he esforzado, qué es lo que puedo cambiar y/o mejorar, cómo me siento en relación a mi esfuerzo y mi resultado, etc. Hay que presentar el esfuerzo como algo positivo y necesario para conseguir la meta propuesta: lo natural es esforzarse.
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El ejemplo por parte de los adultos es esencial: Ya hemos hablado muchas veces de que los/as niños/as aprenden por imitación, por tanto, si nos ven a nosotros/as, sus adultos de referencia, esforzarnos en nuestro día a día en lo que hacemos, es más probable que ellos/as también lo hagan. Hay que transmitirles alegría, pasión y amor por lo que hacemos. No hay nada mejor que la satisfacción con uno mismo/a después de haber conseguido superar pequeños objetivos.
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Crear Rutinas y Hábitos: Tener mi propio lugar de trabajo, con todo lo que necesito pero sin más de lo que es necesario, conocer la hora en la que me encuentro más activo/a para hacer las tareas pero sin estar sobreactivado, etc. desde que son muy pequeñitos/as tener una rutina de, por ejemplo, sentarme a colorear algo en este sitio más o menos a la misma hora, va creando esta rutina que hará más fácil que se establezca en el futuro como algo natural y no como algo impuesto que aparece de repente.
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Metas a corto plazo, concretas, diarias y que podamos controlar fácilmente: Estas metas irán cambiando cuando vayan creciendo porque hay que adaptarlas a su edad y su nivel de desarrollo y combinar tareas que ya realizan bien con aquellas que aún tienen que mejorar, de esta forma valoramos su esfuerzo y reforzaros también su autoestima, al verse capaces de mejorar y ver la confianza que depositamos en ellos/as.
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El Error puede ser más eficaz que el éxito: Equivocarnos forma parte de la vida, el error tiene que ser visto como una oportunidad para mejorar, ante ellos tenemos que parar, analizar qué ha ocurrido y qué puedo cambiar para la próxima vez. Machacarnos a nosotros/as y/ a ellos/as ante las equivocaciones no sirve de nada, aceptar que forma parte de la vida y aprender a mejorar, es lo que nos asegura el éxito. Tenemos que enseñarle a nuestro cerebro a aprender de los errores en lugar de hundirse ante ellos.
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Refuerzo y Ánimo: para fortalecer su autoestima en relación a este esfuerzo es necesario que los animemos, que confiemos en ellos/as y que reforcemos sus pequeños esfuerzos que se irán convirtiendo en grandes. De esta forma cuando vayan creciendo también tendrán el ejemplo de animarse y confiar en ellos/as mismos/as, un valor indispensable para mantenerse en las tareas a pesar de las dificultades.
Cuanto antes interioricemos la importancia que tendrá el esfuerzo en nuestra vida, más fácil será que ellos/as lo hagan, no importa si nuestros/as hijos/as son más mayores y creemos que no le dan el valor al esfuerzo que nos gustaría, siempre estamos a tiempo, con el ejemplo, el hábito y el refuerzo de las actividades diarias podemos conseguir transmitirles algo tan esencial y útil para la vida como es el Esfuerzo.