Firmeza y cariño son dos palabras que a muchos les pueden sonar contradictorias, pero ambas en conjunto son claves para una convivencia positiva con límites claros en casa.

IMAGEN 10 SI O NOTodas las personas necesitamos límites, saber hasta dónde podemos llegar y cuando no lo sabemos probamos e intentamos para saberlo, por tanto cuanto más claros tengamos los límites que queremos establecer en casa y en la relación con nuestros/as hijos/as, no sólo les estamos dando una educación consistente, lógica y clara sino que le enseñamos también a establecer sus propios límites en las relaciones con los demás, aspecto fundamental para el desarrollo de sus habilidades sociales ahora y en el futuro. Con respecto a los límites y la situación que estamos viviendo reflejamos algunos aspectos importantes:

Firmeza: Actuar con firmeza no implica gritar, hablar mal o despreciar, sino ser claro, coherente y hacer lo que se dice. Muchas veces el principal problema es que hablamos demasiado pero no llevamos a cabo acciones, en circunstancias difíciles necesitamos ser un ejemplo para nuestro/as hijos/as y hacer lo que les decimos, sino, dejamos de ser una fuente fiable.
No ceder: tener claros aquellos límites que no vamos a permitir y actuar en consonancia. Si después de varias luchas, cedemos, les enseñamos que insistiendo lo consiguen y por tanto lo seguirán intentando.
Cariño: Establecer límites no implica dejar de querer y esto es algo que tenemos que dejar muy claro. Decir no, no es querer menos a nuestros/as hijos/as, de hecho, es quererlos más porque cumplimos lo que le hemos dicho que iba a ocurrir en cada situación.
Consistencia y coherencia: con nosotros/as mismos/as y con el resto de adultos responsables de la situación, si ven que tenemos dos formas diferentes de actuar ante la misma situación, lo intentarán utilizar en su beneficio.
Escucharlos. Establecer límites no implica no dejarlos hablar, es bueno escuchar por qué no están de acuerdo, en ocasiones esto les pueden enseñar a defender sus derechos en otras circunstancias. Es importante que, tras escucharlos, les expliquemos nuestra postura y, en función de la situación, podemos negociar con ellos/as.
Dar opciones. Siempre es mucho mejor dar una opción de algo que sí se puede hacer o de algo positivo en lugar de decir NO a todo sin nada más, es más probable en esta última situación que se frustren y que sus conductas terminen siendo fruto de un problema mayor.

Recuerda siempre que es importante que tengan su visión del mundo y que nos la transmitan, no queremos niños/as que digan SI a todo, sólo porque los adultos se lo pedimos, es bueno que sepan discutir con argumentos, así que démosles la oportunidad, manteniéndonos en nuestra posición con firmeza y cariño.

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